viernes, 1 de septiembre de 2017

El presidente...

Dice que todo lo cura, que hay un remedio que es capaz de rescatarte de todos los entuertos. Unos hablan de una planta milagrera, otros de unas aguas benditas. Los más avispados optan por la refriega. Aquel día en el que el presidente la fastidió, no optó por ninguno de estos remedios, hizo caso a sus asesores y tiró para adelante. No reflexionó ni una pizca. Con lo fácil que hubiera sido pedir perdón y asumir el error, pero ellos prefirieron atacar y como no tenían argumentos tiraron a dar en los tobillos del adversario. No se dieron cuenta de que en aquella batalla, nada tenían que ver los otros, porque esta vez era cosa de la gente que se moría…

Me llamas, de Piso 21

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