martes, 16 de enero de 2018

Los que se quedan

Los que se quedan no lo pasan mejor. Una vez que los que deciden irse se van, a los que se quedan no les queda más remedio que seguir vivos. No podemos hacer otra cosa y no es fácil. No es fácil seguir vivo sin poder respirar, echando de menos. Dándote cuenta de que aquel vaso con el que siempre bebían agua está ahí solo o que en su parte del armario sigue estando su olor. Pero ya no están y no regresarán. No volverán a utilizar sus llaves, que cogen herrumbre en un cajón de la mesita de noche y tampoco volverán a podar los rosales. Ya no harán nada y la lista de cosas pendientes va creciendo poco a poco. Irremediablemente así es. Y nos quedan las preguntas al aire y la culpa. Sobre todo la culpa, esa que nos va minando poco a poco porque tememos que su decisión haya nacido por nosotros. Y aunque en nada seamos responsables ahí está esa espada colgando sobre nuestras cabezas, controlándolo todo. Y con ese temor, el de que si respiramos, si logramos levantar la cabeza, la realidad nos la corte de un tajo malvado. Y los días pasan y solo tenemos la ausencia a la que asirnos, con ella malvivimos…

Si vas al olvido, de Luz Casal.

No hay comentarios: