martes, 22 de mayo de 2012

Se abandonó a las hormigas

Anduvo un trecho. En algún punto del camino dejó de escuchar el ruido de la vida. Silencio. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que desconocía por completo aquel paraje, aunque hubiese estado mil veces. Respiró hondo para retener el olor de las frambuesas plantadas a los márgenes del sendero. Saciado volvió a la carga, a intentar desentrañar la razón por la que sin darse cuenta había llegado a aquel singular lugar. Recordó lo hecho y pensó sin mucha convicción en que tal vez las mareas caprichosas no son inevitables sino que se mueven al dictado de la luna. Desechó la idea. ¿Quién sabe? No halló nada para comer a pesar del rugido de sus maltrechas tripas. Debía tomar alguna decisión y se abandonó a las hormigas que le subían por los calcetines. Entre la maleza atisbó después una pequeña mariposa violeta y por fin supo que había valido la pena sentir todo aquello…

4 comentarios:

Martina Santo dijo...

Mi querido amigo Ce!!! Siempre paso a leerte, pues como sabrás, me encanta cómo escribís, pero no siempre ando con el tiempo para dejarte unas palabras...Espero que sigas muy bien!!!!
Besotessss

Mayte dijo...

Precioso, me ha encantado. Un beso
Mayte

Ce Castro dijo...

Jo, Martina... yo también ando sin mucho tiempo para nada... pero me alegra sobremanera que siempre te pases por aquí. Eres un sol. Muchas gracias Mayte por tus palabras. Un abrazo a las dos.

Unknown dijo...

Escribes hermoso!! te invito a pasar a mi blog y que me dejes tu opinión gracias!