jueves, 29 de enero de 2015

En el punto correcto

Víctor suspira con cara de cansancio. Está acostumbrado, los sectores más extremistas de la izquierda le tildan de reaccionario y los reaccionarios del régimen caciquil en que viven le toman por un radical. Eso quiere decir que está en el punto correcto, quiere cambiar la sociedad en la que vive, sí, sabe que es necesario que aquello termine: que unos pocos vivan como reyes a costa de unos muchos es algo injusto que debe ser abolido pero tiene que hacerse poco a poco. De no ser así, el ejército, la banca, la Iglesia y los grandes terratenientes darían un golpe de mano si se vieran profundamente amenazados que daría al traste con cualquier avance conseguido.

La última noche de Víctor Ros, Jerónimo Tristante

viernes, 23 de enero de 2015

Definitivamente no ha sido

Hoy no ha sido el mejor día de mi vida. No, definitivamente no ha sido el mejor día de mi vida. Todo comenzó bien, pero sin saber muy bien el modo todo se torció. De pronto se nubló y no pude ocultarme de la lluvia. Allí estaba yo, en mitad de una explanada sin lugar dónde cobijarme. Después llegó el pez fuera del agua y también las ganas de que todo fuera distinto. Sin zapatos nuevos en el baile. Y en esas, una llamada de teléfono que no dice nada, sólo logra ponerte en alerta. Sólo que los vivos se mueren. Sí, lo sabes y también que las sombras te esperan detrás de la puerta. Malditas pesadillas. No quieres abrir esa puerta. No quieres. Hay heridas que es mejor no reabrir jamás. Y mucho menos cuando tienes la batidora en marcha.

'Best day of my life', de American Authors 

domingo, 18 de enero de 2015

Los bares en los que dijimos que nunca entraríamos

Después llega la realidad. Cuando los ecos de la tormenta finalmente se han extinguido. Toca hacer recuento de bajas y desperfectos. Parece que la guerra descansa y sólo queda aguardar para ver si decide o no proseguir con sus malas artes. También es tiempo de hacer balance. Todos nos merecemos un respiro. Y en este tiempo de reflexión sabemos que, al final y aunque no queramos, siempre terminamos en los bares en los que dijimos que nunca entraríamos y nos alimentamos con las provisiones que nos eran desagradables a la vista, pero así es la vida. También vestimos camisas de cuello blanco y siempre nos asomamos al balcón para ver justo cuando oímos un ruido extraño. Y lo curioso del asunto es que la mayoría de las veces, por no decir todas, no nos disgusta lidiar en estas batallas...

jueves, 15 de enero de 2015

Sin pétalos para soñar

¿Qué decir cuando ya está todo dicho? ¿Qué hacer cuando todas las batallas se han perdido? Sólo queda esperar a que lleguen nuevos vientos, unos que me alejen de ti, que me den sosiego. Los cambios siempre son para bien. Hablas y hablas y nunca te cansas. Dices que todo está mal, que esto se derrumba y al mismo tiempo no mueves un solo dedo para curarme las enfermedades, para salvarnos. Mientras, guardo silencio. No quiero que mis dedos te escuchen, tampoco mis rodillas, ni mi esófago. Quiero pensar que tu despedida no ha sido, que sigues queriéndome, pero lo cierto es que la margarita ya está deshojada y no me quedan pétalos para soñar. Debe ser por el frío del invierno, a veces creo que es como si no hubiera sucedido nada. Sigues estando ahí, impertérrita, y mi corazón estrujado no reacciona. Quizá los golpes me atontan demasiado. ¿Qué hacer? ¿Qué pensar? ¿Qué soñar ahora?

domingo, 11 de enero de 2015

Desaparecer

Aquella fría mañana y bajo un timorato sol de invierno confesó a todos que quería desaparecer. Que lo había deseado más de una vez. Ante la mirada atónita de aquellos seres extraños, aclaró -un poco atropellada- que no hablaba de suicidarse, ni mucho menos, sino que estaba francamente agotada y que se estaba quedando sin fuerzas. Lo sé, me miro al espejo y no me gusta lo que veo, por eso quiero desaparecer, dijo sin aspavientos como si fuera algo normal. Antes, cuando era feliz, todo era distinto, pero durante esta dura travesía por el desierto sé que se me he ido perdiendo, he ido dejando de ser yo para convertirme en una cosa que se arrincona. Las puertas se iban cerrando una tras otra y ahora, y casi al final del recorrido o en mitad de él (no lo sé aún), quiero descansar, desparecer y descansar. Sus palabras no provocaron gran cosa entre su audiencia. Quizá la costumbre de oír desahuciados lo amodorra todo. La calima de enero tampoco ayuda. Y así estamos, intentando que todo esto pase...

miércoles, 7 de enero de 2015

Sin aquel brillo especial

En algún punto lejano en el tiempo su vida cambió. Sus ojos dejaron de tener aquel brillo especial que sólo da la felicidad. Su gesto, antes diáfano, se había oscurecido ostensiblemente. Sus manos se movían torpes y su andar se había vuelto retraído, huidizo. Los que le rodeaban no se dieron cuenta de forma rápida, sino que fue con el paso de las semanas, de los meses, cuando cayeron en aquella intranquilizadora metamorfosis. En ocasiones, hasta desasosegante. Le observaban como distraídos y todos coincidían en que no era el mismo. Era otro, más triste.

domingo, 4 de enero de 2015

Las sentencias de los afligidos

Vivía allí, donde le dejó el paso de los días. No le apetecía vivir, ni tampoco morir, sólo permanecer en aquel lugar sin hacer nada especial. Todo a su alrededor se movía, pero había dejado de tener deseos. Algo irremediable, decían los especialistas que una y otra vez, incansables, le diagnosticaban. No hay nada que hacer, sentenciaban afligidos. La apatía le fue entrando de a poco, como si tal cosa, sin que se diera cuenta y ya era demasiado tarde para cambiar las cosas...

viernes, 2 de enero de 2015

Más letras



Quizá este nuevo año también vaya de letras. Quién sabe... Aquí van algunas:

La abadía de Northanger, de Jane Austen
Ripper, de Isabel Allende
Norte y sur, de Elizabeth Gaskell
La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker
El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez
Dispara, yo ya estoy muerto, de Julia Navarro
Lady Susan, de Jane Austen
Grandes Esperanzas, de Charles Dickens
Maravilloso desastre, de Jamie McGuire
Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías
La Constelación del Perro, de Peter Heller

jueves, 1 de enero de 2015

2015

No todo ha salido bien; esa es la verdad. Pero vendrán nuevos días. Unos en los que sonreír y mirar hacia adelante, saboreando todo lo que nos rodea. Vendrán nuevos tiempos, nuevas risas, nuevas ilusiones. Vendrán. Feliz 2015.