domingo, 20 de mayo de 2018

Yani, la política pizpireta

Yani, de Yanira, era una joven pizpireta con inquietudes. En el instituto siempre se presentaba a delegada de clase y era de las que continuamente protestaba para lograr que se acabara con las injusticias. Todo lo hacía con vehemencia, hasta equivocarse. Era tal su fuerza que, incluso, no titubeaba al mentir para zafarse de algún castigo. Un día, cuando un profesor le llamó la atención por estar de cháchara en clase, ni corta ni perezosa se puso en pie de un respingo y denunció el acoso que sufría. ¿Por qué me amonestas a mí cuando está toda la clase hablando a gritos y yo no he abierto el pico? Sus argumentaciones eran tan rotundas que al incauto maestro se arrugó. Aquella fue una victoria más de Yani. Su talento trascendió y por eso fue a caer en un partido político. Aunque ella era de izquierdas, la camelaron en uno conservador. Al principio todos la adulaban, tenían una estrella en ciernes, llegaría lejos. Le dieron el oro y el moro. Ella dudaba, pero todos lo hacían. Era lo normal. Y al tiempo que ella otorgaba se iba hundiendo cada vez más. Inocente no sabía que aquellos síes ilusos supondrían veinte años después su caída. Los mismos que la habían convencido de que recibir prebendas se habían cuidado de registrarlo todo para que cuando alcanzara algún logro poder recordárselo. En el partido nadie se salvaba, todos a una, como una gran familia. Cuando le tocó pagar el pato, allí todos eran inocentes, todos menos ella que había dicho sí tanto tiempo atrás. Los suyos le habían cortado la cabeza, ya no les venía bien. Ahora Yani predica a oscuras en las plazas del barrio. Su nueva empresa, acabar con las formaciones de jóvenes cachorros que todos los partidos se empeñan en amoldar a su gusto…

Friends, de Marshmello & Anne-Marie.

No hay comentarios: