viernes, 1 de junio de 2018

Latas de sardina

El producto estrella, sardinas en lata. Eso fue lo que dijo una chica muy simpática que no paraba de hablar. Contaba cómo vivían en esos pueblos que poco a poco se han ido quedando vacíos en el norte. Solo quedan las ancianas, algunas en perfectas condiciones de salud a sus noventa y pico de años. Y recordé las historias que me contaban, aquellas de la dura de postguerra, cuando nos moríamos de hambre. Quien tenía una lata de sardinas y una papa guisada podía darse con un canto en los dientes porque estaba totalmente salvado. Los meses se pasaban engordando a un cochino para que después de la matanza hubiera comida para todo el invierno o, peor, para venderlo. Pero sí, aquí las latas de sardinas fueron las estrellas en aquella época y también hace apenas unos años cuando la crisis nos devolvió todo lo malo que habíamos vivido. Ojalá hubiera habido latas suficientes y también papas para guisar con agua de mar, y así nos ahorrábamos la sal.

Jardín, de Delaporte.

Pd. Junio ya está aquí y parece que fue ayer cuando caminábamos con bufanda... 

No hay comentarios: