viernes, 7 de septiembre de 2018

Desayunos

Los cristales son ciertamente caprichosos. A algunos les da por dejar pasar la luz tal y como es y a otros, tontuelos, les da por deformarlo todo. A veces más borroso, otras más bonito, uno no sabe a qué atenerse con ellos. Y es que todo depende del cristal con qué se mire. Para unos un desayuno puede ser lo más bonito del mundo y para otros simplemente un cúmulo de hidratos malsanos. Un día lo ordenó todo con tanto mimo, había pensado hasta el último detalle, pero cuando subió el telón aquella mueca con la que se topó lo derrumbó por completo. No se esperaba aquella expresión de semi asco. ¡Con el mimo que lo había dispuesto todo! Los vasos, el zumo, los cruasanes… Lloró porque pensó que no se lo merecía. Incluso llegó a patalear y darse golpes. Pero así son los cristales con los que se mira…

Happier, de Ed Sheeran.

Pd. Y mañana es 8 de septiembre...

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