martes, 18 de septiembre de 2018

Tarde y mal

Con la soga al cuello. Hay días en los que no hay horas suficientes para tanto ajetreo. Después de la calma siempre llega el frenesí. Y con la sensación de ir siempre a rastras. Como si se nos fuera la vida y con ese regusto en los labios de que nunca se está a la altura, que se llega tarde y mal a los sitios. Dando la nota… Y así no se puede vivir…

No está aquí, de Los Hooligans.

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