martes, 7 de octubre de 2014

Lo que la música dictaba

Se levantó con mal pie, pero lo hizo. A su alrededor había tantas razones para desfallecer, para quedarse sentado en aquel sofá de escay para siempre, que prefirió cerrar los ojos y seguir hacia adelante. Lo contrario hubiera sido una muerte segura. Necesitaba sentir las olas rompiendo a sus pies y zamparse una caja de galletas de chocolate. También que el sol no le deslumbrase, más bien que sólo le acariciase, como hacen las madres en las tardes de verano. Se lanzó a las calles, anduvo por las aceras y no se detuvo. Era lo que la música que sonaba le dictaba, esa música que sólo aparece en los mejores momentos y te abraza para llevarte a mejores momentos. Le hacía olvidar cosas como que se había levantado con mal pie o que la nevera pronto se vaciaría... Y rezó para que ell nunca dejase de acompañarle.

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