lunes, 13 de octubre de 2014

Un traje nuevo

Y de repente, como sin esperarlo, alguien tocó la tecla adecuada y la maquinaria comenzó a andar. El sol se tornó en un ser amistoso y las nubes, más claras que de costumbre, comenzaron a bailar. Cada paso era una melodía diferente y la gente comenzó a sonreír sin razón aparente. Algo estaba pasando. En la tele ponían -otra vez- ese programa repetido en el que entrevistaban al último soñador que quedaba en la ciudad y no cambió de canal. Charles lo había visto mil veces, pero sólo hoy había escuchado lo que decía aquel valiente. Tantas veces va el cántaro a la fuente, que se rompe. Y con lo añicos comenzó a hacerse un traje nuevo de colores. Era el momento oportuno de continuar. Estaba vivo, lo sabía, pero sólo ahora lo sentía. Extendió sus alas y echó a volar...

2 comentarios:

K.Brizeth dijo...

Es muy bonito, espero sentirme así ya (:

Ce Castro dijo...

Sucederá cuando menos te lo esperas... Un abrazo fuerte.