viernes, 23 de septiembre de 2016

Mala persona

No es fácil admitir que no se es una buena persona, que aunque en apariencia seas alguien normal –o incluso hasta algo bonachón- en el fondo no lo eres y que todo lo has construido lo has hecho sobre una premisa falsa. Tampoco es sencillo vivir con miedo de que tus pies de barro se vayan al traste. Este mundo de apariencias es lo que tiene, nada o casi nada es lo que parece. Es cómodo seguir avanzando, como si nada sucediese y, sin embargo, no puedes porque el miedo te atenaza. Bajo el yugo de ser descubierto intentas sonreír, soplar a favor y nunca retroceder. Ojalá pudiera pasar la mopa y que todo lo malo desapareciera, pero no es así. A veces, tiendes tu mano para ayudar al necesitado, das de beber agua cristalina al sediento… Y en el fondo nunca es suficiente para revertir lo que sabes, da igual lo que hagas: eres mala persona y eso a estas alturas es imposible de solventar.

Bajo el volcán, de Love of Lesbian.

Pd. Nunca es tarde, si la dicha de descubrir a Love of Lesbian es buena...

2 comentarios:

Martina Santo dijo...

Siempre digo, no...no soy buena persona, ojalá lo fuera...Recién veo tu entrada y sin querer acabo de escribir una que se titula "así no" (no es así), qué bueno no creer en las casualidades!!! Gracias por escribir tan bonito y tan llegado a mi...Abrazo grande!! (más que la distancia)

Ce Castro dijo...

Muy buena tu entrada... La verdad es que no sé por qué sucede, pero a veces las cosas nos pasan justo en el momento oportuno... Hay teorías sobre las casualidades y/o causalidades, pero -en fin- lo cierto es que pasan... Qué bueno releerte. Otro abrazo grande para tí (más que la distancia)