martes, 3 de abril de 2018

Volcán

Y allí estaba ella guardando silencio, pero a punto de convulsionar por dentro. Las venas del cuello le palpitaban a toda velocidad y la nariz se le expandía a cada respiración. Era de las que aguantaba y aguantaba hasta que explotaba. Y cuando eso pasaba todo se iba al infierno… Había ido a clases para contener la ira, pero a su edad, ya nada le funcionaba. Iba de enfado en enfado y por las noches lo único que quería es que desaparecieran todos. Estaba harta de sus tonterías. Solo quería irse lejos y se veía rodeada de mil gatos. Sí, si no cambiaba pronto se convertiría en una nueva loca de gatos…

Me pesan las alas, de Maldita Nerea.

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