jueves, 4 de julio de 2019

De niña bonita a cíborg

La niña bonita se alimentaba de hombres. Era alta, tanto que en alguna noche de marcha le habían preguntado si en realidad era un maromo. Risas fue lo único que les dijo. Le gustaba el taconazo, aunque lo que realmente la encandilaba eran las gafas de sol. Las llevaba siempre a juego con sus braguitas, pero eso solo unos cuantos afortunados lo sabían. Su tema favorito era hablar de sí misma. Y en éstas estaba cuando un se puso tetas. Quería aumentar solo un par de tallas y a su especialista la idea le cuadró sobre todo porque se las iba a pagar a tocateja. De paso le recomendó ponerse pestañas, moldearse los pómulos y también iniciar sus trabajos en caderas, barriga y culete. En fin, que en poco tiempo pasó de niña bonita a cíborg. Los tíos flipaban con ella y ella seguía respondiéndoles a todos y a todo con risas…

Querer mejor, de Juanes y Alessia Cara.

Pd. Cuatro de julio y sumando...

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