martes, 13 de abril de 2010

Me quito el sombrero

Tanteo la calle. Son las tres de la tarde y sospecho que no hay mejor hora para seguir tras tus pasos. El sol me da de frente y el aire me acaricia las orejas. Ya se han dejado de oír susurros malvados. Por eso avanzom sin nadie que me haga tropezar. Todos los que no querían esperar ya se han ido y supongo que, tal vez, ya no me los encuentre en el camino. En este peregrinar estoy aprendiendo a marchas forzadas. Nunca hubiera imaginado que las cosas pudiesen ser como mi catequista dice que son. Como aseguran por ahí para mí es como si -ahora que he visto la luz- el mundo estuviese al revés. Siempre pensé que todo era de otro modo, más rosa. Me instruyen de cómo actúa la gente, cómo bailan los hombres y cómo lloran las niñas. Y sólo me queda mirar al cielo, al que me cubre, porque no hay otro. Me quito el sombrero y sonrío porque discurro que si finalmente aprendo cómo piensan los reyes del mambo tal vez pueda llegar a alcanzarlos para que me enseñen -a mí también- a danzar al ritmo de las trompetas doradas de la noche. Y aunque esto parezca triste, no lo es. Por una razón: Quiero sentirme feliz.

http://www.youtube.com/watch?v=tcXWE-edyL0

Pdt. No sé muy bien por qué hoy me he decantado por la 'Revolución sexual' de La Casa Azul. Un abrazo a todos.

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