sábado, 12 de febrero de 2011

Dejando que pase el tiempo

Respira, pero casi sin fuerzas. El chico de la bicicleta azul casi que ya no tiene esperanzas. Se pasa todo el día esperando a que el anochecer sea la hora de ver a su príncipe violeta. No le conoce. Sólo de vista. La primera vez que se lo encontró, ni se dio ni cuenta. Le pareció un tipo un poco arrogante, pero con el paso de los días fue escuchando sus palabras, fue bailando con sus ojos y se dejó llevar... Es el dependiente de una floristería, en su calle. Justo al lado de la sucursal que atracan todos los sábados a las tres. Cada día se baja de su bicicleta y va a por pan. En el trayecto procura andar despacio para poder pasar por delante del escaparate de las adelfas y atinar a encontrarse con su sonrisa. A veces se compromete consigo mismo a comprar -algún día de estos- un ramo de rosas o de esas tan raras que son naranja e importan de Sudáfrica, pero nunca llega esa hora. Los días que está atendiendo en el mostrador son mucho mejores que los que no está... Y así va, día tras día, montado en su bicicleta azul, dejando que pase el tiempo...



http://www.youtube.com/watch?v=xpszHyEMSCM



Pdt. Este sábado es un día relativamente importante. La de hoy es la 'entrada' número 700. Muchas gracias a todos por estar por aquí. Les dejo 'La mala costumbre', una gran canción de Pastora Soler.

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