sábado, 5 de febrero de 2011

El universo lleno de pecados

Sumergió su cara en la gélida agua de la mañana. Hacía tiempo que no lo hacía. ¿Dos, tres años? En segundos dejó de sentir las caricias de los rayos de sol y se abandonó a su suerte. No respiraba. El agua lo inundó todo, su piel. Después resucitó. El aire volvió a sus pulmones y se dio cuenta de que hay cosas que no dependen de él. Se sintió pequeño en un universo lleno de pecados insignificantes. ¿Qué hacer entonces? Se estremeció e intentó zafarse de lo malo y conquistar los montes dónde sólo crecen hierbas buenas. Recordó que un día dejó de ver la foto de Amable en su mesilla de noche. También que se había marchado lejos y que no quiso regresar a su lado. Todo fue de repente. Como si te arrancaran de un tajo un brazo o como si un coche te mojase de pies a cabeza tras acelerar en un maldito charco de la carretera. Todo aquello no dependía de él. Tampoco su aspecto triste frente al espejo. Ni la agonía en el estómago, ni las ganas de comer croquetas de berenjena. Ahora era pequeño y todo lo que giraba a su alrededor -sin que pudiese hacer nada para detenerlo- demasiado grande.

http://www.youtube.com/watch?v=tqJ9263FA-Y

Pdt. Este sábado una canción increíble, 'Piensa en mí' de la gran Luz Casal.

2 comentarios:

Una Resaca Cualquiera dijo...

Esperemos se vuelva a sentir grande de una vez por todas

Ce Castro dijo...

Seguro que sí... la vida da mil vueltas, afortunadamente. Un abrazo.