jueves, 4 de agosto de 2011

Salvo las imprescindibles

Siempre hubo algo dentro de él que le impidió ser libre, despreocupado. Aunque quería quedarse a trasnochar o lanzar por la escollera su maldito reloj, no pudo nunca. Soñó con estar tumbado en una playa por los siglos de los siglos o sentado a la fresca viendo pasar los coches desde un zaguán del camino, sin mucho más por hacer, pero esos privilegios no estaban reservados para él. Al día siguiente había que hacer algo que no permitía demora o estar pendiente del castrador: qué dirán. El caso es que perpetuamente anheló poder vivir sin mirar el calendario o la cuenta corriente. Sin responsabilidades, salvo las imprescindibles para no morir de inanición. Pero los deseos se le atragantaban. No sabía cómo hacerlos realidad. Y en esa lucha se le fueron los días hasta que el cansancio le pudo, pero ya fue demasiado tarde.


Pdt. Regresa La Sonrisa de Julia, pero esta vez con 'Libres'. Bienvenidos.

4 comentarios:

Rosa dijo...

Sería un sueño poder vivir así como desea el protagonista, sin prisa, sin preocupaciones pero por desgracia, para la mayoría de los mortales, eso es imposible.
Saludos.

Ce Castro dijo...

Alguna vez los sueños deberían convertirse en realidad, ¿no crees? Un abrazo.

Anónimo dijo...

La realidad de todas aquellas personas que solo viven con los estereotipos ya preestablecidos. Creo que cada uno debería poder ser libre para vivir como quiere, estando en primera estancia el propio "yo" y después el trabajo, dinero,...
ME gusta mucho esta entrada =)
muá

Ce Castro dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Franicio, aunque no siempre sea fácil vivir como uno quiere realmente. A veces llega un momento en el que nos acostumbramos a lo que otros quieren que nos olvidamos de nosotros mismos. Aunque nunca es tarde si... Bss