miércoles, 5 de febrero de 2014

La lideresa

El mal tiempo pasó. Eme se levantó como si todos aquellos momentos malvados de las últimas semanas se hubieran evaporado para siempre, quiso ser libre. Salió al balcón y respiró aquel extraño aire a felicidad. Después comenzó a saludar a todos, levantando la mano tímida, como si fuera la lideresa de un país tropical. Se puso la minifalda roja y las bailarinas azul celeste y salió a la calle. Pasó por la frutería a por fresas y mandarinas de temporada, después voló al centro médico a recoger sus aspirinas de espantar los males traviesos y acabó tomando tostadas en una terraza de verano, no le importó que fuese cinco de febrero. Dejó a un lado sus gafas de sol carey y con sus ojos al descubierto miró todo cuanto sucedía delante de su fortín de camarones y cerveza. ¿Quién la hubiera creído hace una temporada si entonces hubiera asegurado que algún día alcanzaría a ser tan feliz? La hubieran tachado de loca, pero loca de remate, ahora veía saltar de flor en flor a las mariposas y bailar samba a los gatos negros de la calle. Pagó sus deudas y de camino a casa se encontró con Matilde, que le recitó un poema de caracoles, y también con Francis, que le lanzó un beso volado desde su camión de reparto. Sí, no cabe duda, el mal tiempo pasó...

2 comentarios:

Lola Birlanga Urbán dijo...

¡Qué alegria! Se respiraba la felicidad. Me alegro que haya pasado el mal tiempo. Besos.

Ce Castro dijo...

Después de la tempestad llega afortunadamente la calma... Un abrazo Lola ;)