jueves, 26 de noviembre de 2009

Sus planes

Una calle vacía. Los semáforos, un poco aburridos, juegan a cambiar de color siempre que aparece un coche por la esquina del parque. La llave de mi portal no funciona. No le apetece abrir. Desisto a la tercera intentona. Me quedo quieto mirando la ranura y doy un giro de 180 grados intentando buscar la clemencia de los dioses que me asisten habitualmente. Me acuerdo de que el portero lleva diez días roto. Tomo aire mirando los coches que no pasan y el buzón de correos que gobierna en la acera al otro lado del asfalto. Aprieto las llaves hasta que la presión me hace sangre en las manos. Vuelvo junto a la puerta y lo intento por última vez. Por arte de magia la cerradura cede y me deja entrar en el edificio. Suspiro y subo con urgencia los trece escalones hasta mi piso. Allí descubro unas notas mal escritas bajo mi puerta. Alguien me cuenta que en el barrio hay un restaurante chino que vende rollitos a 2,50 euros y que él no me quiere. Las letras me golpean el estómago con cierta brutalidad. Me cuesta respirar. Sigo leyendo. Lo hago hasta el final y me entero además de que nunca será para mí. No entro en sus planes. Me veo en el espejo y me sé triste, con un vaso de agua entre las manos que me mira altivo. Estoy desnudo y no me queda más remedio que aceptar que he estado haciendo el tonto esperando, que no hago nada no viviendo y que debería regresar al mundo de los que sienten. Después, me arrastro sin mucho tino hasta la cama y allí me abrazo a la almohada. Así permanezco unos minutos y admito que debo volver a la actividad. Me lo repito varias veces, pero sin mucha convicción. Sin darme cuenta duermo y al despertar me asomo a la ventana. La calle sigue vacía, pero los semáforos se han apagado.

http://www.youtube.com/watch?v=mTo7MiVDkPU

Pdt. Soraya canta 'Mi mundo sin ti'.

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