martes, 17 de noviembre de 2009

Un vuelo Madrid-Pamplona

Hay instantes que pueden cambiar todo lo que vendrá después, el presente. Duran apenas un segundo, pero sabes que son definitivos. Un cruce de miradas, una palabra, un gesto tonto, cualquier cosa que dure una milésima de segundo. Luchas por atraparlos entre los dedos para hacerlos perdurables, pero tontean contigo y se escapan, igual que vinieron. Hace unos días me tropecé con uno. Iba sentado en el asiento 25F de un vuelo de Iberia entre Madrid y Pamplona. Allí estaba. Lo miré de frente y él me ojeó, luego se echó a dormir como si nada hubiera pasado, pero pasó. Todo acabó, ya en tierra, justo cuando sacó el ticket del aparcamiento del aeródromo de Noain y se fue volviendo su cabeza hacia mí. Hay lugares extraños. Llegas a ellos sin haber soñado ni si quiera con pisarlos de pasada alguna vez y cuando estás ahí sabes que naciste para vivirlos. Hay ciudades que te gustan, simplemente por el hecho de ser. Hay otras a las que les cuesta más enamorarte y las más, nunca lo consiguen. Pero prefiero quedarme con las primeras con las que sabes que son para ti. Eso me ha pasado en Pamplona. Sé que volveré y tal vez para quedarme, aunque sólo sea una larga temporada. Es algo que no se puede explicar, pero se sabe. Se siente. El cielo, las calles, las hojas secas en las aceras,...

http://www.youtube.com/watch?v=31rx8GcifEc

Pdt. Este martes, un banco navarro y la Casa Azul, que regresa con 'Yo también'...

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