sábado, 5 de mayo de 2007

Mariposas en el estómago


Hacía tiempo que no sentía mariposas en el estómago. Es extraño. Ya no me acordaba de lo que era eso. No puedes olvidar unos ojos, su mirada, ni tampoco unas palabras. Todo ello bien aderezado con sonrisas, de esas que tanto me gustan. El reloj se paró primero, pero después volvió a correr como un loco, aunque yo quería que se hubiera detenido para siempre y quedarme allí, en ese eterno peregrinar hacia la nada, sólo acurrucado por aquellos ojos que se posaban en los míos... Después desperté, pero las mariposas seguían ahí.

No hay comentarios: