sábado, 26 de mayo de 2007

Jornada de reflexión

Hoy toca. Ya era hora, supongo. Toca pensar en qué pasará mañana. No lo sé. Tampoco sé lo que pasará el lunes, ni el martes... No sé nada, pero pienso. Cosas de preso. Ya he dejado de marcar en la pared con líneas rojas los días que han pasado desde aquel jueves. Son demasiados. Por eso sólo me queda imaginar mundos mejores.
Ha logrado pasar al mundo de las ideas. Y eso es signo inequívoco de que estoy perdido. Totalmente. Cuando uno deja el mundo de las realidades para pasarse al de los sueños, malo. Malo por la simple razón de que dejas de ser tú. Dejas de pensar, de sentir, de respirar...
Lo dejas todo para sólo pensar en él. En lo que le gusta, en lo que no, en lo que hace, en lo que no, en si ríe, en si llora, en si está solo, en si está cansado, en si piensa en mi... No es la primera vez que me pasa, pero tengo miedo. ¿Qué pasará mañana? Deseo tener suerte y que me condonen la pena. Tengo... necesito verlo, aunque sólo sean unos segundos.
La jornada será larga y pasarán muchas cosas. Pero sólo deseo una. Hasta mañana, si dios quiere...

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