sábado, 9 de junio de 2007
Tierra y aire
Tierra. Es tierra, de esa naranja, árida, cálida. Cada segundo que pasa está más cerca, pero siempre lejos. Lo suficiente como para querer andar por sus surcos. Recorrerlos y hasta aprendérmelos de memoria. Con los pies bien pegados al suelo y con los dedos al aire que respira. Luego, está el sol. Ese que brilla cada vez que aparece. Le miro atentamente. Sonríe y todo se detiene. Ya no hay cansancio, ni tristeza, ni nada. Sólo tierra, de esa que me ayuda a seguir volando, a crear un planeta infinito, el mío. Tierra y aire, juntos.
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