Anoche mientras soñaba comencé a hacer una lista. Una de esas parecidas a las de la compra, aunque en lugar de anotar con papel y lápiz leche, azúcar, jamón,... he escrito todas aquellas cosas que me gustaría decirte mientras estamos juntos. Todas esas que no quieres oír, pero que están volando a nuestro alrededor. También dibujé esas otras palabras que tardé más tiempo en susurrarte, que tú en olvidarlas.
El folio era blanco y mi letra oscura. La lista, al final, no era demasiado grande. Lo justo. Más que extensa, era importante. Y es que a veces me gustaría contarte que pronto iré a Burdeos, que me duele la rodilla derecha o que estoy bien de los triglicéridos, que no sé muy bien qué diablos son, pero que al parecer se encuentran magníficamente en mi interior.
Lo peor de todo es que si no anoto, tal vez, nunca pueda recordar todo lo que quiero contarte. Son ideas que pasan pronto y cuesta atraparlas con los dedos. Como tu olor. Quizá a ti también te suceda lo mismo, o no. Pues eso, que sigo con mi lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario