domingo, 6 de julio de 2008

Pasen y vean, una furgoneta que nunca se detiene

Esta mañana Santa Cruz estaba increíble. Me encanta pasear despacio, saboreando el aire. La gente estaba divertida, mientras el sol se escondía detrás de alguna nube burlona. Hacía calor, como siempre. ‘Pasen y vean’, rezaba un cartel en una tienda cerrada. Los domingos suele pasar eso, que los comercios no abran. Me gustó la idea. Azultokio es un poco así. Al descubierto, para que todos 'pasen y vean'. Vísceras, lágrimas, sangre, fruta y caramelos. De todo. Como en la vida y me acuerdo de Pequeña Miss Sunshine. Desde su primer fotograma supe que era yo. No es que yo haya querido nunca ser Miss América, pero al igual que Olive siempre he tenido un sueño. Algo por lo que luchar y esforzarme, pero mi mundo nunca ha sido perfecto. Todo lo contrario. Y espero darme cuenta algún día de que eso, un mundo imperfecto, es a lo que aspiro. A sentir de verdad, tras mis simpáticas gafas, la rabia, el desamor, las lágrimas, pero también el principio de las cosas, los buenos recuerdos, los abrazos y, por qué no, los besos en una furgoneta que nunca se detiene.

http://es.youtube.com/watch?v=sYOR1U4MCkE

Ptd. ¿Te enamoraste de un chico? ¡Qué tonto!, le dice la pequeña Olive, justo al principio de la peli, a su tío. Y a partir de ese momento caí rendido a sus pies.

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