miércoles, 24 de octubre de 2007
Los brazos aquí no se tuercen
Irme para pensar. Cuatro días más. Volver al inicio, a los comienzos, para volver a pensar en ti. No puedo huir. Tal vez mis reflexiones estos días no sean como deseas. No sé lo que quieres. Los últimos días han sido bastante tensos. Tú estas cabreado y yo enfadado. Mucho, los dos. ¿Por qué? Cada uno en su pedestal, uno más alto que otro, pero pedestal al fin y al cabo. Sin hacer ningún esfuerzo que pueda ser interpretado como una rendición. Los brazos aquí no se tuercen. Los tuyos, claro. Pero, al mismo tiempo, haciendo todo lo posible para que la lejanía no se agrande. Dejando las cosas en bandeja para que el otro llegue y se sirva a su gusto. Pero sin que se note. Los pasos cada vez más cortos. Y al final sólo con una convicción, cada día estoy más atrapado en tus cosas.
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